Cada vez estamos más acostumbrados a escuchar en los informativos de televisión noticias relacionadas con el sector inmobiliario. Cuestiones como los desahucios, las cláusulas suelo o los créditos hipotecarios, han ido formando parte natural de las conversaciones que tenemos con amigos y familiares. Dentro de este marco, no podemos olvidar una cuestión que va incrementándose exponencialmente en toda Cataluña. Nos referimos al subarrendamiento de habitaciones en pisos alquilados. Esta práctica se está volviendo muy habitual, dado que permite a los inquilinos sacar una rentabilidad a su propio alquiler. No obstante, para que esto sea legal, han de cumplirse una serie de requisitos y en Fincas Padua vamos a comentar bajo que supuestos está permitido.
Lo primero que debemos saber es que, a menos que en el contrato venga reflejado lo contrario, el subarrendamiento está prohibido. En el caso de que desees rentabilizar la habitación libre que tienes en el pleno barrio del Eixample y no figure ninguna alusión a esta situación en tu contrato de alquiler, deberás tener el consentimiento expreso y por escrito del propietario de la vivienda. Además, tendrás que redactar un contrato de alquiler con la persona a la que se subarrienda, donde se respeten los mismos términos que el contrato que mantienen el propietario y el primer inquilino.
Una vez hecho esto, no puedes olvidar que, al estar en régimen de alquiler debes residir en la vivienda que has subarrendado. Razón por la que podrás ceder una parte, pero no toda la vivienda para este fin. Otro de los factores que debes tener en cuenta es que, el importe que vas a recibir por el alquiler, no pude superar el importe que debes abonar al propietario. Por último, solo puedes subarrendar por el tiempo que tenga vigencia que tenga tu contrato.
Existen excepciones dentro de la ley de subarrendamientos. En el caso de que la persona que entra a compartir este espacio no abone nada por el hecho de ser un familiar o un amigo, se entiende como una situación temporal y por tanto no se considera como un alquiler. Tampoco se considera como tal, el hecho de que tu pareja comience a vivir en esta propiedad contigo.
